Desde Mérida a Oaxaca...

Sí, Desde Mérida hasta Oaxaca o a cualquier punto de México en este blog queremos contarles a dónde fuimos y qué vimos ahí.

Por ejemplo, en la Ciudad de Oaxaca.

Oaxaca es un lugar maravilloso para tomar vacaciones, ya sean de playa o de ciudad. Lo de las playas lo tendremos que dejar para otra ocasión; en cuanto a la ciudad, ofrece muchísimas opciones de esparcimiento y haraganería.


Por supuesto ahí está la amplia y legendaria gastronomía del estado que ya por si sola vale el viaje. Ahora bien, los planes vacacionales dependerán de cuanto tiempo y presupuesto dispongas para ellos. Una buena opción es alojarse en la capital por unos diez dias, rentar un auto y moverse a discreción por la zona.


Aunque supongamos que no es el caso. Entonces cuatro dias en la capital también son una buena escapada. Puedes buscar un hotel céntrico y moverte a pie todo el tiempo. Hay opciones tipo hotel boutique o grandes hoteles con alberca y servicios de SPA. Nosotros conocimos el Quinta Real Oaxaca que está a unos pasos del ex convento de Santo Domingo y muy cerca de la plaza principal de la ciudad.

  
Planear unas vacaciones en Oaxaca exige que hagas la tarea en cuanto a la planeación: qué tipo de cosas hay por ver y por hacer, de acuerdo a tus propios intereses. En posteriores posts escribiremos sobre algunas alternativas.

También te puedes ir sin plan cual ninguno. Si te quedas en la ciudad, sal a caminar y dobla a derecha o izquierda dependiendo de la inspiración. En algún momento toparás con el mercado, o con una iglesia a la que apetezca entrar, encontrarás un sitio para beber chocolate o terminarás dando de frente con todo el esplendor de Santo Domingo, que fue lo que nos pasó el primer día.


Uno se enamora de lo idílica que parece la vida cotidiana, con niños caminando solos a la escuela o viejos tomando café en los portales, con vendedores de globos en las plazas e inesperados desfiles de mujeres vestidas de gala. Si, pasa. Oaxaca merece cada trocito de su buena fama.
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¡Oh, la torta de lechón!

¡Canta, oh musa, las delicias de la gastronomía mexicana en cualquier punto de su territorio! En el post anterior presentamos una monumental comida chatarra del norte y en este nos trasladamos hasta la blanca Mérida para cantar alabanzas a un clásico de por allá: la torta de lechón. 


La torta de lechón es a la vez simple y no. A diferencia de una, digamos, torta cubana con su decena de ingredientes, la torta de lechón sólo lleva pan, lechón, cebolla a veces y salsa de habanero a gusto del comensal. La gracia está en la delicadeza de la carne.




Nosotros la probamos en la taquería Nuevo San Fernando, en Mérida. Estábamos de trabajo y un chofer nos dijo que ahí eran las meras buenas. Cómo podríamos resistirnos, ya con la garantía de la recomendación de un local, a llenarnos las manos de manteca y las panzas de felicidad.

  


La comida Yucateca tiene muy buena y merecida fama por su riqueza y complejidad. Es bonito saberse de un país en el la comida es una expresión cultural que hace tan feliz a la gente. Aunque tampoco nos ponemos tan filosóficos a la hora de hincarle el diente a una delicia local como la torta de lechón y menos en un lugar como Nuevo San Fernando: cero elegante y absolutamente relajado.


 
El lechón también se sirve en taco, como no, igual con cebolla y salsa al gusto y como joya de la corona un trocito de chicharrón crujiente que hace un agradable contraste de texturas.


Creemos que para un extranjero de visita en Mérida resulta una experiencia imprescindible comer una torta de lechón en un puesto callejero o en una buena taquería. Lo mismo para un mexicano de vacaciones en la ciudad. En Nuevo San Fernando puedes matar dos cerditos voladores de un tiro y comer también cochinita pibil aunque al pibil ya le dedicaremos un post en su momento...


Dependiendo del gusto del comensal, se puede pedir la torta con más o menos piel -esto es, la piel del lechón- pues la piel aporta textura y mantecosidad.


No seguimos porque sería redundante seguir escribiendo sobre esta delicia peninsular que se consume por las mañanas y que -afortunadamente- no se sirve en porciones tan grandes porque si, causa somnolencia especialmente si se te pasa la mano con la cantidad.


Taquería Nuevo San Fernando - Av. Cupules (60 y 62 Centro), Merida, Yucatán. Foursquare.


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Diccionario callejero: los granielotes

Bueno, a decir verdad no sabemos bien a bien como se llaman (¡regios, halp!) ¿elote desgranado, granielote, elote en vaso?

 
 
Algo similar -¡ojo! "similar"- a lo que en el centro del país llamamos esquites: granos de elote hervidos y posteriormente preparados con diferentes aderezos. Sólo que en Monterrey alguien tuvo una idea genial ¿y si en vez de poner los granos de elote en un vaso los ponemos en una bolsa de frituras?

 
Y allá fueron, audaces: tomaron una bolsa de frituras (que pueden ser Tostitos o "conchitas" de la marca El Encanto), la abrieron con tijeras por uno de los costados y la rellenaron con granos de elote, crema, mayonesa, queso para nachos, queso rallado. Además ponen a tu disposición limón, salsa valentina y chile en polvo, entre otras tentaciones.

 


El resultado es una de las botanas callejeras preferidas por los autores de este blog: una mezcla imposible, atascadísima, de crujiente con blandito con picoso con cremoso que se come con cuchara y puede terminar con el comensal lamiéndose los dedos y de paso el interior de la bolsa. Nada apta para espíritus mesurados. 





Siempre creímos que los chilangos eran los reyes de las combinaciones atascadas (¿torta de tamal?¿chicharrón con cueritos?¿les suena?) y que en el norte la gente suele ser más bien sobria, pero las conchitas preparadas nos han demostrado cuán equivocados estábamos. Afortunadamente. 


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El ritual de los 9 pasos de Stella Artois

Aquí no somos demasiado complicados respecto a nuestras cervezas. El único requisito indispensable que solicitamos es que estén bien frías. 


Dicho lo anterior, debemos aclarar que si, aunque somos despreocupados, también sabemos disfrutar propuestas más complejas que las cervezas industriales que encuentras en cualquier Oxxo. En algún post posterior podremos adentrarnos en el vasto territorio de la cerveza pero hoy le toca a una recién llegada a México: Stella Artois.


Stella Artois es una cerveza belga que se vende en 80 países y en México tiene apenas unos meses. Es una lager con 5.2% de grados alcoholicos y un saborcito característico que distinguirás al primer trago: algo amargo pero delicado.


Aunque creemos que cualquier cerveza puedes destaparla y arrojártela directamente a la garganta, también nos gusta la idea de tomarnos el tiempo de hacerlo de otra forma ¿para platicar, tal vez? (Desmenuzar el átomo, arreglar el mundo) Si dispones tu casa y tu ánimo para el ritual de los 9 pasos de Stella Artois, cuida de tener buenas compañías y mucho tiempo libre. Para alcoholizarte despacio y a conciencia pues. Hay hasta concursos mundiales para ver quién sirve mejor una de estas cervezas así que imagínate.


Los 9 pasos de Stella Artois son

1 Preparación. Enfríala a 3ºC
2 Purificación. Enjuaga la copa en agua fría. La copa es especial y te obliga a sostenerla de tal forma que la cerveza se mantenga fría por más tiempo.
3 Destape. Igual que su copa especial, tiene su destapador especial. 
4 Alquimia. Coloca la copa en un ángulo de 45 grados y sirve la cerveza sin que la botella toque la copa. 
5 Coronación. Cuando lleves la copa llena por la mitad, enderézala y bájala para crear una corona de espuma.
6 Corte. Con un cortador de espuma se retira el exceo que haya quedado.
7 Juicio. Aquí revisas que la espuma tenga 3 cm de espesor. 
8 Limpieza. Si cuando serviste el líquido se derramó un poco, enjuaga la copa con agua fría, tomándola siempre por el tallo.
9 Investidura. Coloca la copa sobre el posavasos y ofrécela a uno de tus invitados. O a ti mismo.




A nosotros nos tocó ver en acción a Allaine Schaiko, embajador internacional de la marca y ganador del World Draught Masters en el 2012 (si, el concurso para encontrar quién sirve mejor una Stella Artois) y luego tratamos de repetir en casa.


Al final, lo importante siempre es el proceso...

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