(¡Tanto tiempo sin estar por aquí!).
Para hacer un regreso lo más espectacular posible, contamos con una comida espectacular no solo en sabores, sino también en historias. Liora Anderman e Hilel Fenig nos abrieron su casa y nos contaron sus pasados -los de ellos y los de sus familias- porque sin esos pasados los platillos que compartimos no existirían.
En una comida de un montón de tiempos, probamos matzah balls, kugel de papa y kugel loshen y concletn de carne (que no son otra cosa que tortitas de carne: concletn en yiddish significa tortita). Todas, recetas judías.
Dicen -nos han dicho- que "toda la cocina judía se ha basado siempre en la pobreza y la escasez, en los suspiros y en la culpa". Y también dicen (y a ver quién puede argumentar otra cosa) que "cualquiera es buen cocinero si dispone de langosta, caviar y foie gras" pero se requiere talento e imaginación para preparar una comida exquisita cuando lo único que abunda en la despensa es la escasez.
Lo que comimos en casa de Liora y Hil son platillos cuyas recetas provienen de Rusia y de Polonia y pertenecen a una tradición culinaria en la que se utilizan muchas papas, cebolla y grasa. Se trata de obtener la mayor energía posible a partir de lo poco que haya disponible. Así leído suena triste, a heladas y hambrunas quizá, pero la experiencia acá a la distancia es lo más lejano de lo triste. La sopa con matzah balls es tan reconfortante como quedarte en casa un lunes nublado. Y las tortitas están llenas de sabor, de un sazón ajeno para el paladar de Héctor y el mío, formados en la gastronomía mexicana.
Siempre que hemos compartido mesa con Liora y con Hil solemos tener mucho de que hablar, muchas preguntas y muchas historias y muchas risas. El mundo es grande y las personas que solo se relacionan con los que son (o parecen ser) idénticos a ellos mismos lo único que hacen es hacerlo chiquito y, ahí sí, bien triste.
Este post no estaría completo si no mencionáramos a Mary, la cocinera de la casa: es dedicada y puntillosa, disciplinada y exigente con la calidad de sus ingredientes, es tan severa con sus recetas como divertida con su conversación. Es toda una fortuna poder probar lo que cocina.