Bavaria Das Kleine Brauhaus

Por alguna razón, ir de visita a Querétaro es como subirse a un DeLorean programado para volver a los noventas.


Será la programación en el radio, serán los grupos de covers de los bares del centro, con De Música Ligera y Afuera perennemente en sus repertorios. Será que el JBJ sigue ahí como siempre. 


Y en la ruta del Querétaro noventero una parada recomendada es el Bar Bavaria, justo sobre la Calzada de los Arcos. 



El Bavaria es un bar tranquilo que recientemente introdujo cafés en su carta de bebidas, suponemos porque la gente va a ahí a platicar y a beber cerveza de barril. Lo noventero le viene de la decoración temática: latas de cervezas de todo el mundo y carteles relacionados con la cerveza adornan las paredes que simulan una cabaña (de la Selva Negra, queremos suponer).


Lo que se hace aquí es pedir cerveza por jarras y compartirla, igual que las botanas como alitas de pollo, nachos o costillitas de cerdo. Hay más cosas de comer pero la diversión está en pedir al centro.



Entendemos que hay quién busca bares que le llenen los sentidos de una u otra manera: decoraciones exquisitas o coctelería propositiva son valores que algunas personas aprecian. Nosotros también lo apreciamos pero siempre, encima de todas las cosas, lo que nos importa es que los bares sean propicios para compartir un rato con el otro. 



Así, no nos importa el más delicioso de los cocteles si la música es tan fuerte que sea necesario hablar a gritos. Tampoco nos impresiona la decoración si los meseros son atosigantes. En Bavaria hemos pasado largas horas mordisqueando apios con aderezo ranch y vaciando las mencionadas jarras de cerveza sin que nadie nos moleste nada. 


Bavaria lleva como 20 años en el mismo lugar así que lo noventero le sale natural. 


Bavaria Das Kleine Brauhaus - Calzada de Los Arcos esquina Margaritas 47, Jardines de Querétaro. Lunes a Sábado de 9:00 a 0:00 hrs. Domingo de 10:00 a 19:00. Facebook - Foursquare.


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El puerto de Veracruz

Veracruz es muy especial para este blog, porque fue ahí donde Héctor -el fotógrafo de casa- y yo, -Ángeles, la redactora- nos conocimos hace poco más de tres años. 


Veracruz es un lugar ideal para vivir una historia de amor, y no nos referimos específicamente a ir a ver si ahí está el amor de tu vida (que tampoco está nada mal) sino a planear una escapada que bien puede ser de fin de semana. 


Una ventaja de Veracruz es que está a distancia relativamente corta de la Ciudad de México. 6 horas en autobús. Eso lo hace un destino de playa bastante popular...


Si quieres playa puedes hospedarte en un hotel de Boca del Río, que es el municipio vecino, pero nosotros recomendamos la experiencia completa en la Ciudad de Veracruz, mejor si te quedas en un hotel del Centro Histórico. 


Y luego estando allá ¿qué? Veracruz es una ciudad ideal para pasear así que lleva tus sandalias más cómodas y disponte a recorrer el centro, los portales, el malecón. Lo mejor es empezar muy temprano antes de que arrecie el calor.



Cuando el sol ya no te permita andar en la calle, entra al famoso acuario, ve a comer (que es la otra cosa que aquí se hace muy bien) o visita el Fuerte de San Juan de Ulúa donde igual no se te va a quitar el calor. Regresa al hotel y échate una siesta.



Y entonces, en la tarde, vuelve a salir para vivir la tarde veracruzana. Los sábados es muy probable que encuentres parejas bailando danzón en alguna plaza. Cómete un helado. Ve caer la tarde. No uses reloj. 


El puerto de Veracruz es un destino para descansar sin hacer nada en especial, nada más mirarlo y vivirlo, sentir ese algo que sólo tienen las antiguas ciudades marítimas llenas de sal e historia, ciudades donde los metales se oxidan y las mujeres llevan el pelo siempre revuelto. 



Quizá sea algo de todo eso lo que las vuelve tan propicias para el romance.  

 
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Dulce y Salado en Cachito Mío

El sitio es bonito así que si pasas a pie lo verás. Está junto a una tienda bonita de decoración. Cachito Mío es una linda cafetería en la Colonia Roma especializada en quiches (salados) y tartas (dulces).


Extrañamente, Cachito Mío es recomendable para tragones y para moderados. Puedes pasar a la hora de la comida o almuerzo y pedir una rebanada de quiche con un poco de ensalada y agua del día -siempre natural, de frutas y deliciosa-.


También puedes pasar a cualquier hora y empacarte una o dos rebanadas de tarta. El pay de limón tiene una merecidísima buena fama pero el resto de las opciones son igual de espectaculares.


Nosotros probamos de todo, alinéandonos en el equipo de los tragones por supuesto: quiche de champiñones y poro, de espinaca y tocino, de hongos y de tomate cherry. Todos estaban deliciosos. Una rebanadita apenas nos tapa una muela pero la combinación de varias hace buena labor. 


Después le entramos al postre. Además el afamado pay de limón probamos el de pera y almendras y el crumble de manzana y todavía nos metimos un croissant (buenísimo) y un envuelto de piña.


Tanta comida nos exigió muchos vasos de agua del día y un par de infusiones pero al final terminamos felices por tantos sabores diferentes, sutiles pero bien definidos. Hay que aclarar que el menú no es el mismo siempre, los quiches y tartas van cambiando dependiendo del día.


Por si no fuera suficiente con que el lugar sea bonito y la comida sea buena, la atención es perfecta: atenta y delicada, muy cálida. Incluso la mascota del lugar es simpática, moviendo su peluda animalidad por ahí sin invadirte jamás. También puedes llevar a tu mascota.


Recomendamos Cachito Mío para empezar una cita de "tomemos un café", para matar un antojo de media tarde y, sobre todo, para llevar. Todo lo que ofrecen en el menú lo tienen para llevar por lo que puedes hacer pedidos de quiche o tartas enteras. Olvida el pastel cremoso de toda la vida y cámbialo por una de estas deliciosas tartas dignas de las mejores fiestas del embajador. 

 
 
Cachito Mío - Guanajuato 138 Col. Roma. Martes a sábado de 12:00 a 22:00 hrs, Domingo de 11:00 a 20:00 hrs. Lunes cerrado. Tel para pedidos 36 23 50 37. Sitio oficial - Foursquare - Twitter - Facebook.


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La buena garnacha: Fonda Santa Rita

En nuestro post anterior escribimos sobre nuestra cantina favorita y uno de sus inconvenientes: que no hay nada de comer. Cosa que se soluciona fácil. 


El Centro Histórico del DF puede llegar a ser uno de esos lugares en los que hay tantas opciones que terminas sin saber qué comer. Eventualmente irás teniendo tus favoritos para cada ocasión: para el almuerzo, para llevar a las visitas, para celebrar algo especial...

Y nuestra favorita para antes de ir a Tío Pepe es la Fonda Santa Rita.


En Santa Rita la cosa es la garnacha: sopes, quesadillas y huaraches son grandes, atascados y deliciosos. 


Obviamente, como en todo lugar garnachero que se respete, las aguas frescas son dulces y las salsas variadas y feroces.


Puedes completar tu orden con una sopita de fideo de gusto casero o con un caldo de pollo que puede llevar sólo garbancitos o menudencias varias si lo tuyo es la belleza interna -del pollo-.

También recomendamos las carnitas de cerdo.


Eso si, las porciones de todo son en serio grandes, así que es mejor ir pidiendo por partes. Es un error de novatos terminar con la mesa llena de garnachas a medio comer.


A nosotros nos gusta llegar a comer a Santa Rita tipo a la una y media o dos de la tarde, beber una o dos cervezas -que siempre están bien frías- y luego caminar las dos cuadras hasta Tío Pepe. Es una buena manera de cerrar diligencias en el centro. 


En nuestra última visita fuimos dos personas, ordenamos una sopa de fideo y un caldo solo, 3 sopes con bisteck y carnitas y 2 aguas. La cuenta fue de 175 pesos. 


Fonda Santa Rita - Independencia casi esquina López, Centro Histórico, México DF.

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Un secreto en el Barrio Chino: Tío Pepe

Esta cantina tiene más de 100 años. Ya, esa sola es una buena razón para caer por ahí alguna vez. 


Casi todas las reseñas mencionan además que era el sitio favorito de William Burroughs...

A diferencia de otros lugares de prosapia y espíritus literarios aquí no hay peregrinaciones de turistas. Bueno, a veces si hay pero es raro y suelen estar un rato, echarse una cerveza y seguirse hacia el resto de las cantinas del centro.  


La parroquia de Tío Pepe es variada y depende totalmente del día y la hora. Los viernes por la tarde-noche está lleno y es más bien escandaloso; el resto del tiempo es un oasis de calma dentro del caos universal del centro de la Ciudad de México. 

 
Eso precisamente es lo que amamos de Tío Pepe: su cualidad de oasis. Suele ser un lugar fresco y silencioso, con música de los ochentas sonando moderadamente (ponen Universal Stereo), sin rockola y con meseros atentos pero discretos. 

 

Tiene sólo un inconveniente: no hay botanas, por lo que recomendamos no ir con hambre. A Tío Pepe se va a beber. Tampoco hay coctelería fancy, aunque dominan todos los clásicos. Hay cerveza -industrial- y cubas estupendamente servidas.

 

A ver, entonces: no hay música, no hay comida, no hay cocteles de autor. Así es. Y por eso es nuestra cantina favorita de toda la ciudad. 



Lo que hay, aquí, es un espacio. Un lugarcito físico y emocional para que te acomodes y te desenchufes del mundo. 

Y puedes hacerlo solo, un ejercicio común en la barra -la hermosa barra- en la que hombres solos beben y a veces conversan con el cantinero. 


O acompañado. Tío Pepe es un gran lugar para ir acompañado de personas con las que te guste platicar, sin ningún apuro mientras las horas se van unas tras otras y tu percepción del mundo se va alterando cada vez más. 


Quizá nos estamos poniendo cursis, pero es porque este post intenta ser una carta de amor a un lugar increíble, totalmente mexicano, ajeno a modas y poses, un lugar que por tener cosas bonitas tiene bonitos hasta los hielos. En serio: cubos grandes y perfectos, de aristas filosas, transparentes y brillantes como gemas.

Si te quedas el tiempo suficiente verás entrar y salir a todo el reparto titular de una cantina: el bolero,  el señor de los toques, los músicos y los organilleros, la señora pequeñita que tratará de venderte un boleto de lotería.


Si además de quedarte el tiempo suficiente, observas, verás también a los actores secundarios: el tipo que trabaja en el ministerio público y no va a regresar al turno de la tarde porque ya está muy borracho, la pareja que apenas está ligando, los extranjeros románticos que piden mezcal en vez de un tequila porque el tequila ya pasó de moda, los intelectuales famosos en su ambiente...


Y lo mejor, no importa cuánto tiempo estés ni cuanto hayas bebido, cuando pidas la cuenta siempre te dará la impresión de que estás pagando poco. Nunca te van a clavar un cargo de más y como de todos modos los tragos son baratos verás como es sencillo dejar una buena propina.

Tío Pepe - Independencia esquina con Dolores, Centro Histórico, México DF. Lunes a sábado de 12:00 hrs a 22:00 hrs - Foursquare.


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