La clásica pregunta que sólo puede ser respondida de una manera: depende. Nueva York es una ciudad cara y el presupuesto puede ser tan alto como tu imaginación lo permita, especialmente si a un alojamiento premium añades todas las atracciones turísticas clásicas, compras de todo tipo y cocteles cada noche.
Pero a Nueva York también puedes ir de vacaciones teniendo un presupuesto limitado y pasártela increíble porque la ciudad tiene muchísimas ofertas accesibles y montones de actividades gratuitas.
Lo más costoso será el vuelo y el alojamiento, por lo que planear con mucha anticipación puede jugar a tu favor. Busca vuelos en temporada baja y alojamientos fuera de Manhattan: Brooklyn o Harlem son buenas opciones, especialmente porque si usas el metro la distancia no será ningún problema.
Incluso es posible encontrar hoteles a buen precio dentro de Manhattan (nosotros recomendamos este).
Aunque para algunos serán importantes las atracciones turísticas clásicas, hay lugares en los que se vive completamente el espíritu de Nueva York sin las aglomeraciones, los souvenirs y -claro- el precio de las entradas. Está por supuesto todo Central Park, pero también la Biblioteca en midtown, la High Line, los puentes, los servicios religiosos con gospel en Harlem, etc.
En cuanto a la comida, los precios también cubren todo el espectro y si tu presupuesto es limitado eso no significa que la tengas que pasar mal. Aquí es donde Yelp o Foursquare serán tus mejores amigos. La pizza suele ser excelente y esas aplicaciones te avisan cuáles lugares son buenos y cómo anda el ticket promedio. Mientras un coctel fácilmente te puede costar 18 dólares (más propina), también puedes beber cerveza en McSorley's Old Ale House, la taberna irlandesa más antigua de la ciudad (dos cervezas por 5.50 usd).
Las opciones accesibles, como todo aquí, son abundantes. Está el sótano del Hotel Plaza, el Chelsea Market o la zona de comida de Grand Central. Y los foodtrucks, por toda la ciudad, ofrecen desde hotdogs hasta comida india o mexicana (divertida aunque no muy mexicana en realidad).
Eso si, aunque estés planeando unas vacaciones económicas, presupuesta al menos un gran gasto en el rubro que más te interese. Una compra lujosa en Saks, aunque sea de cosmética. Una visita a Ikea (puedes compensar comiendo sus famosas albóndigas y comprando Ikea Food para la cena), una noche de bares. Nosotros decidimos gastar en old fashioneds y no nos arrepentimos para nada.
Mientras más investigues, menos gastos innecesarios harás. Por ejemplo, no hay razón alguna para tomar un taxi pues el sistema de transporte público es excelente y si investigas de antemano puedes empezar con eso directamente saliendo del aeropuerto.
Unas vacaciones carísimas están bien, si puedes hacerlo. Pero si no, el destino de tus sueños tampoco tiene porque ser inalcanzable.