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Tocinantes Honorarios: Ángel y Luis

Quizá el elemento reinante en la casa que comparten Ángel y Luis es una gran mesa en la que caben sin problemas doce personas. Pareciera que todo está dispuesto alrededor de esa mesa que funciona como el eje de la casa, el sitio alrededor del que sucede todo... 


Es evidente que a Luis y a Ángel les gusta comer, o quizá aún más que comer, lo que les gusta es invitar amigos a comer y convertir esa mesota en un animado punto de encuentro en el cual compartirlo todo: conversaciones y comida, momentos, silencios, risas. Un lugar para que la vida suceda alrededor. 


La comida que compartimos con ellos (y con Evelyn, Valeria y Dafne) fue una celebración de lo local. En la mesa los protagonistas fueron todos ingredientes locales servidos casi desnudos: hongos, calabazas con elotes, papas, chicharrón, aguacate, cebollitas, mole; todo fue comprado localmente directamente a los productores de la zona, en su mayoría mujeres que ofrecen su producto de casa en casa. Todo en la mesa era tan local, que hasta la salsa verde fue preparada con chiles cosechados en el jardín.

Una escapada a Monterrey

Monterrey, como la gran ciudad que es, tiene múltiples personalidades. Nosotros la solemos visitar por motivos familiares y en general nos dejamos llevar por la ola de las vacaciones de los niños. Así, quedamos en esa condición de turista-no turista que da el alojarse con locales y hacer lo que ellos hacen. 
 
 Paseo Santa Lucía
 
Por otro lado, Monterrey como destino turístico requiere de ti que la investigues bien antes de ir. Las distancias son largas y aunque el transporte público sí es opción en algunas zonas, en otras no lo es tanto... Además, la oferta de la ciudad es amplia: desde cantinas tradicionales sin apenas música hasta tiendas departamentales de lujo y puede que no todas sus personalidades múltiples se ajusten a lo que te guste a ti. 

Vacaciones todo incluido

Hoy es el primer día de clases de la más pequeña Tocinante (¿ya la vieron, en nuestro logo?) y eso significa un tremendo cambio de rutinas para toda la familia... especialmente porque Héctor y yo somos una pareja de freelanceros y como tales solíamos disfrutar mucho una de las mejores prestaciones incluidas con el puesto: vacacionar en temporadas bajas (la otra mejor prestación es poder tomar siestas). 


Con la inminente entrada de nuestra hija a la escuela, nuestro calendario deja de ser lo que era para adaptarse a los ciclos escolares, así este verano que decidimos hacer una prueba piloto y nos organizamos unas vacaciones de playa en temporada alta, ajúa. En un hotel todo incluido, además. 


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