Nueva York es interminable. En los poco menos de 90 km² de la isla de Manhattan hay atracciones para días y días de turistear, incluso haciendo elecciones temáticas. Quizá lo más viejo de Nueva York sea también lo más bello, como la estación de trenes Grand Central que hace un par de años cumplió un siglo de existir.
Todavía funciona como estación de trenes. Varías líneas de metro convergen ahí también, por lo que el lugar es de uso cotidiano para los neoyorkinos que se mezclan en un día cualquiera con los montones de turistas que pasamos por ahí.
El piso principal es todo mármol y grandiosidad y la gente queda de verse "abajo del reloj" igual que en el metro de la Ciudad de México... solo que el reloj es una pieza de latón valuada en 20 millones de dólares.
Siempre hay muchísima gente y movimiento, así que busca un lugar para pararte sin estorbar para poder mirar las constelaciones de la bóveda.
Además de ser un lugar que vale la pena visitar por su arquitectura, puedes ir al almorzar. Un piso abajo del nivel principal está el Dining Concourse donde encuentras un montón de cosas que quizá te gustaría probar y están todas juntas: sandwiches de pastrami, cupcakes de Magnolia Bakery, cheescake. Es como un área de comida rápida pero sin ninguna gran franquicia, todos los restoranes son marcas locales de Nueva York plus no es caro.
En el nivel principal hay, además, un mercado gourmet y muchas tiendas de revistas con prensa internacional.
Si por alguna razón andas turisteando cerca y no pensabas visitarlo, ten esto en cuenta: ¡visítalo! Además hay baños públicos y el clima es más amable que afuera, así que en invierno puedes entrar a entibiarte tantito y en verano, a refrescarte.
Un plan funcional si estás de visita pocos días es llegar en metro, almorzar algo, mirarlo todo y partir a pie o en metro hacia algún otro punto de Manhattan. Puedes juntarlo con Times Square y así harás dos de las visitas imperdibles y muy diferentes entre si. O puedes ir por la tarde noche y tomar unos coctéles en el Oyster Bar que además de ser muy bello es el establecimiento más antiguo de Grand Central.
Salud, pues.
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